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Se cree ampliamente que el español es bastante fácil de aprender. Lo parece, en primer lugar, por las sencillas reglas de lectura y pronunciación. Al aprender a leer las letras del alfabeto y algunas combinaciones simples de letras, en una etapa inicial, los estudiantes pueden leer textos de diversa complejidad sin cometer errores. Pero es ahí donde donde concluye la sencillez. Esto se debe a que la gramática española, en particular las formas personales de los verbos, es indudablemente más compleja que por ejemplo la del inglés. Aun así, cabe destacar que el conocimiento de otra lengua europea será una gran ventaja dado que muchos aspectos gramaticales, como los de las lenguas románicas y/o germánicas, son similares. Por otro lado, los estudiantes de habla ucraniana están familiarizados con conceptos como el género de los sustantivos o las terminaciones verbales que no están presentes en el inglés, este es un factor que les facilitará la comprensión de la gramática española.

Antes de sumergirte en el aprendizaje del español, es importante que te hagas una simple pregunta: "¿Por qué deseo aprender español?". Responderla definirá tus objetivos, ayudará a establecer plazos y fortalecerá la motivación. Algunas personas se guían por el deseo de ampliar sus conocimientos, mientras que otras desean cursar estudios superiores. Cuanto más específico sea el objetivo del aprendizaje de idiomas, más claras serán las formas de lograrlo. No tiene sentido aprender un idioma "hasta que lo aprenda", es una misión imposible. Incluso el hablante nativo no habla el idioma a la perfección. Un idioma extranjero te permite realizar ciertas tareas comunicativas: comunicarte con compañeros de una empresa internacional, escuchar conferencias en una universidad española, ver películas en original, hablar de temas cotidianos con tu pareja extranjera. Una vez que se logra el objetivo inicial, se puede seguir adelante y establecer metas más altas.